Los planetas gigantes se localizan en la parte externa del
Sistema Solar. Son planetas constituidos básicamente por hidrógeno y
helio, reflejo de la composición de la nebulosa solar primigenia. Tienen
importantes actividades meteorológicas y procesos de tipo
gravitacional, con un pequeño núcleo y una gran masa de gas en
convección permanente.
A Júpiter, Saturno, Urano, y Neptuno se les conoce como los planetas
Jovianos (relativos a Júpiter), puesto que son gigantescos comparados
con la Tierra, y tienen naturaleza gaseosa como la de Júpiter. Los
planetas Jovianos son también llamados los gigantes de gas, sin embargo
algunos de ellos tienen el centro sólido.
Los grandes planetas, Júpiter y Saturno, poseen sistemas de satélites,
que en cierto modo, son modelos en miniatura del Sistema Solar. Aunque
no disponen de fuentes termonucleares de energía, siguen liberando
energía gravitatoria en cantidad superior a la radiación solar que
reciben. Otra característica común, es el poseer anillos formados por
pequeñas partículas en órbitas más cercanas que las de sus
satélites.
En el Sistema Solar hay cuatro gigantes gaseosos:
Júpiter es el quinto planeta del Sistema Solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos. Recibe su nombre del dios romano Júpiter (Zeus en la mitología griega).
Se trata del planeta que ofrece un mayor brillo a lo largo del año dependiendo de su fase. Es, además, después del Sol,
el mayor cuerpo celeste del Sistema Solar, con una masa casi dos veces y
media la de los demás planetas juntos (con una masa 318 veces mayor que
la de la Tierra y 3 veces mayor que la de Saturno).
Júpiter es un cuerpo masivo gaseoso, formado principalmente por hidrógeno y helio, carente de una superficie interior definida. Entre los detalles atmosféricos destacan la Gran mancha roja, un enorme anticiclón
situado en las latitudes tropicales del hemisferio sur, la estructura
de nubes en bandas oscuras y zonas brillantes, y la dinámica atmosférica
global determinada por intensos vientos zonales alternantes en latitud y
con velocidades de hasta 140 m/s (504 km/h).
Saturno es el sexto planeta del Sistema Solar, el segundo en tamaño y masa después de Júpiter y el único con un sistema de anillos visible desde nuestro planeta.
Forma parte de los denominados planetas exteriores o gaseosos, también llamados jovianos por su parecido a Júpiter. El aspecto más característico de Saturno son sus brillantes anillos. Antes de la invención del telescopio,
Saturno era el más lejano de los planetas conocidos y, a simple vista,
no parecía luminoso ni interesante. El primero en observar los anillos
fue Galileo en 1610, pero la baja inclinación de los anillos y la baja resolución de su telescopio le hicieron pensar en un principio que se trataba de grandes lunas. Christiaan Huygens con mejores medios de observación pudo en 1659 observar con claridad los anillos. James Clerk Maxwell en 1859
demostró matemáticamente que los anillos no podían ser un único objeto
sólido sino que debían ser la agrupación de millones de partículas de
menor tamaño. Las partículas que habitan en los anillos de Saturno giran
a una velocidad de 48 000 km/h, 15 veces más rápido que una bala.
Urano es el séptimo planeta del Sistema Solar, el tercero en cuanto a mayor tamaño, y el cuarto más masivo. Aunque es detectable a simple vista en el cielo nocturno, no fue
catalogado como planeta por los astrónomos de la antigüedad debido a su
escasa luminosidad y a la lentitud de su órbita. Urano es también el primer planeta
descubierto por medio de un telescopio.
Es similar en composición a Neptuno, y los dos tienen una composición diferente de los otros dos gigantes gaseosos (Júpiter y Saturno). Por ello, los astrónomos a veces los clasifican en una categoría diferente, los gigantes helados. La atmósfera de Urano, aunque es similar a la de Júpiter y Saturno por estar compuesta principalmente de hidrógeno y helio, contiene una proporción superior tanto de «hielos» como de agua, amoníaco y metano, junto con trazas de hidrocarburos. Posee la atmósfera planetaria más fría del Sistema Solar, con una temperatura mínima de 49 K (-224 °C).
Asimismo, tiene una estructura de nubes muy compleja, acomodada por
niveles, donde se cree que las nubes más bajas están compuestas de agua y
las más altas de metano. En contraste, el interior de Urano se encuentra compuesto principalmente de hielo y roca.
Como los otros planetas gigantes, Urano tiene un sistema de anillos, una magnetosfera, y satélites numerosos. El sistema de Urano tiene una configuración única respecto a los otros planetas puesto que su eje de rotación está muy tumbado, casi hasta su plan de revolución alrededor del Sol. Por lo tanto, sus polos norte y sur se encuentran en donde la mayoría de los otros planetas tienen el ecuador.Vistos desde la Tierra,
los anillos de Urano dan el aspecto de que rodean el planeta como una
diana, y que los satélites giran a su alrededor como las agujas de un
reloj, aunque en 2007 y 2008, los anillos aparecían de lado. En 1986,
las imágenes del Voyager 2
mostraron a Urano como un planeta sin ninguna característica especial
de luz visible e incluso sin bandas de nubes o tormentas asociadas con
los otros gigantes.Sin embargo, los observadores terrestres han visto señales de cambios
de estación y un aumento de la actividad meteorológica en los últimos
años a medida que Urano se acerca a su equinoccio. Las velocidades del viento en Urano pueden llegar o incluso sobrepasar los 250 metros por segundo (900 km/h).
Neptuno es el octavo planeta en distancia respecto al Sol y el más lejano del Sistema Solar. Forma parte de los denominados planetas exteriores o gigantes gaseosos, y es el primero que fue descubierto gracias a predicciones matemáticas. Es el cuarto planeta en diámetro y el tercero más grande en masa. Su masa es 17 veces la de la Tierra y ligeramente más masivo que su planeta «gemelo» Urano, que tiene 15 masas terrestres y no es tan denso. En promedio, Neptuno orbita el Sol a una distancia de 30,1 UA.
Tras el descubrimiento de Urano, se observó que las órbitas de Urano, Saturno y Júpiter no se comportaban tal como predecían las leyes de Kepler y de Newton. Adams y Le Verrier, de forma independiente, calcularon la posición de un hipotético planeta, Neptuno, que finalmente fue encontrado por Galle, el 23 de septiembre de 1846. Más tarde se advirtió que Galileo ya había observado Neptuno en 1611, pero lo había confundido con una estrella.
Neptuno es un planeta dinámico, con manchas que recuerdan las tempestades de Júpiter. La más grande, la Gran Mancha Oscura, tenía un tamaño similar al de la Tierra, pero en 1994 desapareció y se ha formado otra. Los vientos más fuertes de cualquier planeta del Sistema Solar se encuentran en Neptuno.
Neptuno es un planeta azulado muy similar a Urano, es ligeramente más pequeño que éste, pero más denso.